01 Junio 2021
Que existen diferencias entre mujeres y hombres es un hecho, pero debemos plantearnos hasta qué punto influyen en el deporte y sus consecuencias. ¿La diferencia será un hecho de nuevo?
Existen diferencias en la propia competición en fútbol masculino y femenino, y por tanto, la incidencia de lesiones no es la misma aun hablando del mismo deporte. En general, se producen más lesiones en el fútbol masculino, pero es en fútbol femenino donde se producen las lesiones con más gravedad [1]. Especificando algo más, en fútbol masculino son más frecuentes las lesiones leves (65%), mientras que en fútbol femenino predominan las moderadas (51%) [2].
Las lesiones musculares son frecuentes en fútbol, por lo que es un foco de estudio predominante y a tener en cuenta para disminuir la incidencia de lesión en nuestros/as deportistas. Los futbolistas masculinos sufren 1,9 veces más lesiones en la musculatura isquiosural que las futbolistas, donde ellos tienen una tasa de ausencia del 12% en la temporada y ellas del 6% [3]. Además, las futbolistas sufren dos veces más lesiones en el grupo muscular del cuádriceps que los jugadores de fútbol, con una tasa de ausencia del 8%, frente al 3% de los hombres [4].
Otra lesión importante en el fútbol, tanto por su impacto temporal como económico, es la rotura del ligamento cruzado anterior (LCA), que afecta entre 2 y 9 veces más a las mujeres que a los hombres [5,6]. Si nos centramos en las lesiones de rodilla y, concretamente lesión del LCA, la lesión del LCA sin contacto en los deportistas tiene una etiología multifactorial [7]. Los factores más importantes son la debilidad de la musculatura isquiosural, desequilibrios musculares y la edad [8,9]. Además, la fatiga muscular puede aumentar el riesgo del LCA sin contacto [7].
Se ha establecido que la relación de compensación entre isquiosurales y cuádriceps (ratio H:Q) no sólo ayuda a prevenir daños en los músculos posteriores del muslo, sino que también ayuda a reducir la tensión en el LCA de la rodilla [10]. Para ayudar a reducir la tensión en la rodilla, no sólo es la relación H:Q, sino también cómo se activa cada uno de los músculos del cuádriceps y de los isquiotibiales de los cuádriceps y los isquiotibiales, lo que se denomina patrón de activación [11].
Ligando los conceptos anteriormente expuestos, Wojtys y Huston [12] informaron de que las deportistas femeninas tienen una respuesta más lenta de la activación de los isquiosurales a la tensión anterior del
LCA en comparación con los atletas masculinos. Por otro lado, Cowling y Steele [13] informaron de diferencias de sexo en las estrategias de activación muscular de la musculatura de los isquiosurales que no coinciden con los hallazgos de los los primeros [12]. Las diferencias entre los patrones de reclutamiento muscular, la fuerza muscular y la flexibilidad muscular tienden a ser mayores en mujeres que en los hombres [14].
Los estudios con jugadoras de fútbol señalan que la descompensación muscular entre vasto lateral y vasto medial -con predominancia de la activación del vasto lateral- puede llevar a un aumento de la fuerza de cizallamiento anterior y carga sobre el LCA [15]. La relación vasto medial:vasto lateral es significativamente mejor en los jugadores de fútbol masculinos que en las femeninas, sugiriendo que las futbolistas pueden estar más predispuestas a la lesión del LCA (16).
El equilibrio de activación entre las partes medial y lateral del cuádriceps es también muy importante para prevenir el síndrome de dolor patelofemoral. La estabilidad de la rodilla se mantiene gracias al equilibrio dinámico entre ambos músculos [17]. Un mayor predominio de uno de los músculos significa que la rótula no está alineada y no realiza un movimiento correcto. La mayoría de los problemas en la rótula surgen cuando el VM es incapaz de contrarrestar la activación del vasto lateral.
Por esta razón, las futbolistas pueden tener mayor riesgo de sufrir síndrome de dolor patelofemoral que los hombres [18].
Vemos finalmente que, debido a diferencias tanto en la activación muscular como en la anatomía muscular, las consecuencias lesionales pueden ser diferentes entre mujeres y hombres. Por tanto, no es descabellado plantearse realizar programas preventivos diferentes para cada sexo y deportista.
Artículo Instituto Deporte y Vida escrito por Estrella Armada
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